La teoría del Big Bang (también llamada Gran explosión), es una de las teorías científicas más populares y también de las más malinterpretadas de la actualidad.
El problema que se encuentran los científicos a la hora de divulgar al gran público en qué consiste esta teoría, la del inicio de nuestro universo como lo conocemos, es que las analogías que se suelen utilizar no son correctas, y a menudo dan a entender algo que no es en absoluto correcto.
El Big Bang se suele explicar como una gran explosión que ocurrió en un momento y en un lugar del espacio, cuando esto no es así. La forma correcta de decirlo es la siguiente:
El universo se desarrolló después de la expansión de una pequeñísima “burbuja de espacio”, con una densidad y temperatura inimaginables, hace aproximadamente 13.799 millones de años. Esta burbuja microscópica, al expandirse y enfriarse se fue convirtiendo después de mucho tiempo en el universo que vemos hoy en día por los telescopios.
Sin embargo, lo anterior da a entender que el universo es lo quehay dentro de una burbuja, cuando hay un hecho poco divulgado y muy sobrecogedor acerca de la extensión del universo que fue descubierto apenas hace unos 15 años: el universo es infinito.
Pero hay que tener en cuenta que el infinito de la cosmología hace referencia más bien a lo “inmedible”, a lo que supera la imaginación más salvaje, no al infinito matemático.
Otro ejemplo: las galaxias se alejan entre sí. Esto no es cierto, ya que la gran mayoría de las galaxias del espacio no se mueven a penas, en términos astronómicos al menos, de dónde nacieron. Lo que sucede es que es el mismo espacio el que se expande, lo que produce este alejamiento.
Lo que hay que tener claro es que las teorías científicas son, en general, dinámicas, en el sentido de que evolucionan a medida que hay aportaciones y descubrimientos.
Más sobre la forma correcta de hablar sobre el Big Bang en el blog Investigacion y Ciencia