Un artista se ha imaginado la existencia de grafitis en lugares tan impensables como el space shuttle, una ballena, un iceberg o en satélites que orbitan la Tierra.
La idea es cuestionar nuestra relación con el medio ambiente y el impacto que estamos dejando en el planeta. ¿Existen superficies en las que no debería haber grafitis? No importa dónde vayamos, llevaremos nuestro impacto con nosotros.
Más allá de lo que diga el autor, las imágenes llaman la atención por ser algo improbable pero posible.