Escuchar música triste se asocia con nuestro estado de ánimo, como si escucháramos canciones tristes porque nosotros estamos tristes. Pero esto no es siempre así, y escuchamos este tipo de música por todo tipo de razones. De hecho, a menudo canciones que nos hacen llorar ocupan las primeras posiciones de listas y de ventas.
Este tipo de música nos lleva a un estado de pérdida y tristeza, pero paradójicamente disfrutamos con ello aún cuando en condiciones normales del día a día tratamos de evitar estos sentimientos.
¿Qué tiene el ámbito del arte, que disfrutamos o incluso celebramos temas con la pérdida? Según un reciente estudio esto se debe en gran parte a la empatía.
Por una parte, una canción triste puede intensificar emociones de pérdida o tristeza, y aunque sentirse así no es agradable, reflexionar sobre ello puede ser terapéutico.
Por otra parte, nos puede hacer sentir melancolía, que ni parece un sentimiento agradable pero que nos ayuda a ser más creativos.
Por último, hay gente que simplemente disfruta cuando la música les hace emocionarse. Y esto trae juntos emociones como “intensidad, disfrute y sensaciones tristes”. Y justo esta misma gente es la que tiene un alto grado de empatía, que significa que es capaz de sentir las emociones de los demás. Y la empatía es la mejor cualidad para fortalecer tus relaciones, y ser una persona más feliz y agradable.
Pero también es posible que la recompensa de escuchar música triste sea simplemente bioquímica, utilizando la música como una droga, ya que la tristeza y la pérdida provocan que el cuerpo produzca oxitocina y prolactina que son hormonas que nos hacen sentir bien.
O puede que sea algo exclusivamente psicológico, ya que ser capaz de reproducir este rango de emociones es inherentemente reconfortante.