Es de uso común pensar que las personas atractivas son más imbéciles que las no atractivas, como si un cuerpo perfecto y una cara agradable de ver te hiciera portarte peor con los demás.
Pero mientras es fácil culpar a alguien atractivo de ser un idiota, la verdad es que nuestros propios perjuicios nos están haciendo ser parciales.
La realidad parece ser que el número de imbéciles entre la gente atractiva es similar al de otros grupos, y las razones por las que percibimos que es superior son las siguientes:
Todo se debe a quién consideras digno de tu atención. El mundo está lleno de gente guapa y buena, de gente guapa y mala, de gente fea y buena y de gente mala y fea. Los humanos filtramos de forma natural a gente que no tiene ninguna cualidad reseñable.
Es por eso que solo notamos a la gente fea y buena, guapa y buena, y guapa y mala, porque todos ellos tienen al menos una cualidad destacable. “Esa persona es fea pero es muy buena persona”, o “esa persona es imbécil, pero al menos es guapa”. Sin embargo, ignoramos a los feos que además son malas personas porque no tienen ninguna buena cualidad. Esto implica que solo queda gente guapa que es mala en la que nos fijamos.
Es decir, que no es que la gente guapa sea peor, sino que nos fijamos más en ella.
Por lo tanto, si la gente no para de decir que eres imbécil, seguro que es porque eres una persona extremadamente atractiva.
Aquí el vídeo, en inglés, que describe lo anterior: