Según investigadores japoneses, los atascos de coches se producen cuando un conductor frena y este frenazo se transmite a los coches detrás de el, de forma muy similar a las ondas de expansión de las explosiones. Una vez que hay coches en la carretera, los atascos o caravanas son inevitables.
Al igual que los atascos con peatones lentos o las caravanas en las carreteras por malos conductores, estos tapones siguen patrones matemáticos o algoritmos que pueden predecir o simular estos resultados en el mundo real.
De hecho, estos atascos se han simulado por primera vez de forma experimental tomando como base una investigación realizada hace 15 años que predecía algunos modelos de comportamiento que se han ido probando con simulaciones con ordenador hasta ahora:
Según el propio investigador: Creo que el desencadenarte de cualquier atasco sería un conductor particular más nervioso que el resto, o un punto determinado del círculo donde la capacidad es ligeramente inferior”.
Es decir, que lo que provoca en mayor medida los atascos son pequeños errores humanos que todos cometemos en un momento u otro.