Durante las últimas décadas, los lingüistas han demostrado que, cuando se trata de hablar, muchos de los estereotipos de género tienen bastante de cierto: los hombres tienden a hablar en voz alta, mientras que las mujeres susurran, los hombres hablan más uno por encima del otro, mientras que las mujeres conspiran más por la espalda, los hombres tienden a esconder sus sentimientos, mientras que las mujeres se los cuentan a los extraños en el metro. Según algunos críticos, estas diferencias no son más que un reflejo de nuestros presupuestos culturales sobre el género. Pero, según un nuevo libro, hay una razón mucho más simple de estas diferencias lingüísticas: la biología.
En “Duelo y Duets”, John L. Locke, un profesor de lingüística en Lehman College y autor de “espionaje: una historia íntima”, sostiene que los hombres y las mujeres tienen formas radicalmente diferentes de hablar, no por su educación, sino porque que tienen necesidades evolutivas radicalmente diferentes.
Los hombres, dice, usan el lenguaje antagónico, o “duelos”, para mostrar su fuerza y ??probarse a sí mismos frente a las mujeres. Las mujeres, por su parte, usan una más tranquila forma de hablar para unir unos con otros – y ayudar a protegerse contra los hombres agresivos. Y, de acuerdo con Locke, este es un patrón que ha estado ocurriendo durante miles y miles de años.