El efecto Ikea: ¿por qué valoramos más las cosas que montamos que las que vienen montadas ya?

“Cuando el trabajo lleva al amor” es un trabajo publicado en la Revista Psicología del Consumidor en el que se prueba experimentalmente el “efecto Ikea” que nos lleva a valorar más las cosas que montamos nosotros mismos, que los productos prefabricados, acabados.

Experimento 1A: Los participantes inspeccionaron un paquete pre-construido de IKEA o montaron una caja por sí mismos. Después, se les pidió hacer una oferta por la caja que habían visto o habían construido. Si su oferta estaba por encima de un número al azar, estarían dispuestos a pagar esa cantidad para mantener la caja, si fuera inferior, no la podían mantener. A los participantes también se les preguntó sobre el valor de la caja. Un efecto que se encontró en ambos casos, en promedio, es que los participantes ofertaron un 62% más cuando construyeron la caja frente a cuando simplemente la revisaron. En promedio, los participantes también tenían una menor percepción de la caja auto-construida que de las cajas simplemente inspeccionadas.

Experimento 1B: se utilizó un diseño similar al Experimento 1A , con la excepción de que reemplazaron las cajas de IKEA por figuras de origami de grúas y ranas. No hubo diferencias de valor entre los tipos de figuras preconstruídas, aunque los participantes ofrecieron un 460% más por sus creaciones propias frente a las creadas por otras personas. Los autores también descubrieron que los participantes creían que los demás valoran mucho más sus creaciones de origami por encima de las creaciones de otros.

Experimento 2: Los participantes construyeron pequeños juegos de Lego (10 a 12 piezas) de dos en dos y se les pidió hacer una oferta por su creación y por las de sus parejas. Los participantes recibieron o bien un juego de Lego hecho (condición pre-construída), o bien se les pidió la construcción de un juego de Lego (condicion no-construída). Los participantes dieron más valor a sus propias creaciones frente a las de sus socios. Lo más interesante es que la condición preconstruída sólo produce valores ligeramente más altos que la condición no-construída, mientras que la condición de construir uno mismo las piezas produjeron valores mucho más grandes. Al parecer, ponemos un mayor valor a las cosas hechas ya que a las que están sin acabar.

Experimento 3: A los participantes se les pidió que construyeran una caja de IKEA, una vez más, pero esta vez, a la mitad de los participantes al azar se les detuvo a con la caja a medio hacer. Como era de esperar, los elementos incompletos, no se valoran tanto como las tareas completadas – especialmente interesante, ya que una oferta exitosa significa que el participante podría terminar de construir el objeto más adelante.

Más sobre este tema en Por qué nos encanta lo que construimos nosotros mismos.

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