El siguiente pulpo encontró una botella de cristal, probablemente de cerveza, en el fondo del mar y la convirtió en su casa. El vídeo tiene su valor porque podemos ver cómo el pulpo es capaz de darle forma a su cerebro para que pase por la boca de la botella como si nada.
Una vez fuera de la botella, el tamaño de su cerebro vuelve a la normalidad rápidamente junto con un cambio de color del propio pulpo, lo que pone de manifiesto, sin duda, el fantástico animal que son los pulpos.
Visto en Boing Boing.