Las tiendas de IKEA están diseñadas como laberintos conscientemente, de tal forma que sea más difícil para los clientes encontrar la salida. La cadena de muebles para el hogar IKEA tiene unos diseños laberínticos como arma psicológica para apartar a los los compradores de su dinero.
La teoría es que cuando se sigue un camino en zig-zag entre las exposiciones de muebles minimalistas suecos, un desorientado cliente de Ikea siente el impulso de hacer algunas compras adicionales.
De acuerdo con Alan Penn, director del Virtual Reality Centre for the Built Environment en la University College de Londres, la estrategia de Ikea es similar a la de los parques comerciales fuera de la ciudad )(supermercados, grandes superficies) – para mantener a los clientes en el interior durante tanto tiempo como les sea posible.
«En el caso de Ikea, hay que seguir físicamente un camino establecido en su catálogo, con muebles colocados en diferentes lugares con la la intención de mostrar su capacidad y adaptabilidad” dijo.
“Cuando al final llegas a la bodega donde se puede comprar las cosas para el baño o cualquier cosa que te haya llamado la atención, estás tan impresionado por lo barato que es que tienes que comprarlo.”
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