Solo un comentario rápido del capítulo de House MD de esta semana. ¿Qué? Si ya comenté la semana pasada que House podría estar tirando la toalla, lo de esta semana no tiene nombre.
Para empezar, es la primera vez, además de algo parecido con Wilson, que la trama se centra en un personaje y el resto van apareciendo de vez en cuando. Es un capítulo dedicado a Cuddy, de tal forma que aparece ella casi en primera persona y nos cuenta cómo es un día de su vida, en este caso uno muy importante.
Desde el principio nos damos cuenta de eso. Los primeros minutos no están mal, podemos ver desde “fuera” cómo afectan los casos de House y su equipo a Cuddy y su radio de acción. Es interesante ver cómo el equipo no es el centro del mundo. Pero hay detalles en los que se pasan un poco, como la pelea entre Chase y el otro cirujano. Es como que hemos entrado en un anuncio de productos femeninos. Ya no voy a entrar en la relación y personalidad de los personajes, pero por lo menos no aparece apenas Wilson.
Pero además de esa curiosidad inicial, no hay nada. No hay humor, todo parece una especie de melodrama más propio de otras series como Grey’s Anatomy. Pero hasta aquí todo esto podría haber sido un capítulo malo, extraño, un experimento más o menos fallido, si no es por los últimos 5 minutos y sobre todo por la última escena.
Veamos, una escena con la cámara dando una vuelta por encima de Cuddy, su hija y el desagradable de su novio tumbados en la cama después de haber salido exitosa de un día muy complicado, mostrando a una madre soltera con mucho trabajo e insatisfecha sexualmente, es ya de por sí algo muy lamentable por cómo está hecho. Pero ya todo pierde el sentido completamente cuando Cuddy grita “¡SIIIIIII” y la cámara se aleja mientras los extras chocan las manos alegres y contentos en lo que parece el inicio de un musical. En fin. Estoy deseando ver qué nuevas aventuras nos esperan la semana que viene.
