Albert Einstein dijo que el sentido común es el conjunto de perjuicios adquiridos hasta la edad de 18 años. También es el resultado de algunas creencias y estúpidas falacias totalmente adquiridas e incrustadas en el cerebro humano a lo largo de las generaciones, por una u otra razón.
Por esto, podemos enumerar 5 formas en que el sentido común nos engaña diariamente:
- Razonamiento parcial – la utilización de argumentos favorables que excluyen u omiten los desfavorables junto con la falta de crítica. Algunos ejemplos de este auto engaño:
- “la camarera no era maleducada, simplemente tenía un mal día” – cunado en realidad era una auténtica borde.
- “He sido desagradable con mi novia porque ha llegado tarde” – solo una excusa.
- “voy a comerme un bollo porque he puesto sacarina en el café” – claro, es lógico.
- La falacia regresiva – buscar conexiones donde no las hay, o echarle la culpa a algo que nada tiene que ver, superstición. A lo largo de nuestra evolución nos ha servido para encontrar comida, y en nuestros días para tratar con mucha gente, con grandes cantidades de información o simplemente para intentar averiguar qué está pasando en Lost. Algunos ejemplos de la “falacia regresiva”:
- “Si esta pata de conejo no da suerte, ¿cómo iba a conseguir ese trabajo?” seguramente lo hubieras conseguido de no llevarla encima.
- “al ponerme esos calcetines juego mejor al fútbol” – sí si te lo crees.
- El atractivo de las probabilidades – Apelar a las probabilidades para que pase algo, por ejemplo:
- “He comprado un boleto de lotería, ¡a alguien le tiene que tocar!” – a alguien seguro que sí.
- “Han encontrado un nuevo caso de gripe aviaria en China, voy a evitar todo contacto con cualquier pájaro para que no me contagie” – ¿cuáles son las posibilidades de que el pájaro de tu casa haya venido desde china contagiada de es ave?
- El caso más extendido de este punto es la querida “Ley de Murphy”: si hay alguna posibilidad de que me pase algo, seguro que me pasa.
- La falacia Nirvana – o el error lógico de comparar las cosas normales con algo irreal o alternativas idealizadas. Por ejemplo:
- “Darle un bocadillo a ese mendigo, como si eso fuera a acabar con la pobreza en el mundo” – seguro que no.
- “Vivo en el sótano de mis padres mientras espero el trabajo perfecto, la chica perfecta, etc.” – ánimo que ya queda poco.
- “No voy a votar porque todos los políticos son corruptos, esperaré a que aparezca alguno perfecto” – ánimo.
- La Falacia del historiador – o falacia lógica que se produce cuando se da por supuesto que quienes tomaron una decisión en el pasado podían considerar las cosas desde el mismo punto de vista y con la misma información que se tuvo a la hora de discutir la decisión tiempo después. Algunos ejemplos:
- Haces una inversión arriesgada en bolsa y ganas mucho, todo el mundo te felicita, pero un mes después pierdes todo tu dinero y todo el mundo te llama kamikaze.
- Es algo que no deja a una persona ponerse en la situación de otra.
- Atribuimos los motivos actuales para hace o no cuando tratamos de situaciones pasadas con sus propios motivos. ¿Alguien se compraría un piso conociendo lo que se venía encima?