No sería la primera vez que alguien adivina la contraseña del email de otra persona y se pasa por su correo electrónico regularmente para fisgar lo que recibe. Si tienes sospechas de que esto te puede estar pasando, tienes una manera de comprobar si alguien entra en tu correo.
“Consiste en subir una imagen a algún servidor en el que podamos acceder a los registros de acceso. La imagen ha de estar lo más escondida posible, para que nadie pueda acceder a ella por casualidad, y mucho menos a través de cualquier enlace.
A continuación, nos enviamos un mensaje a nuestra cuenta de correo web, conteniendo esa imagen incrustada y con un asunto llamativo, que atraiga la atención de cualquier posible fisgón, por ejemplo, “Su nueva contraseña para…” o algo similar. El mensaje se deja en la bandeja de entrada sin abrir, para que pueda actuar a modo de alarma…”
De esta forma, el fisgón no podrá resistirse a abrir el mensaje y es cuando le pillamos. La imagen será descargada desde nuestro servidor y dispondremos en nuestros registros de acceso no sólo del aviso, sino también de la dirección IP del fisgón y de la fecha y horas exactas en que se produjo ese acceso.
Esta es una buena forma de conocer algunos datos del que rebusca en nuestro correo. Si no quieres saber nada, sencillamente que nadie lea nada tuyo, cambia la contraseña regularmente.