Interesante relato de Isaak Asimov en donde reflexiona sobre qué es la inteligencia. Cuenta lo que le pasó cuando hizo las pruebas para el ejército, donde se dio cuenta que tenía un coeficiente de 160, hasta las bromas que le hacía el mecánico que le reparaba el coche con una puntuación de 80 en esos tests.
Básicamente es la historia de siempre, si inteligencia es saber resolver unos tests académicos diseñados por alguien, o saber desenvolverse bien en el mundo. La historia que cuenta es básicamente ésta:
Mecánico: Un hombre mudo y sordo entra en una ferretería a comprar clavos. Para que el dependiente le entienda, hace el gesto con las manos de clavar un clavo. El dependiente le da un martillo, pero el hombre le enseña la mano donde sujetaba el clavo imaginario y al final el dependiente le entrega los clavos. Ahora bien, ¿Cómo pediría un ciego unas tijeras al ferretero?
Asimov: moviendo los dos dedos como si estuviera cortando algo
Entonces el mecánico se ríe y comenta:
Mecánico: He estado todo el día probando a mis clientes y muchos de ellos han fallado, pero contigo estaba seguro de que fallarías
Asimov: ¿Por qué?
Mecánico: Porque eres tan educado, con buen nombre, doctor y estudiado que sabía que no podías ser muy listo.
Es la eterna pregunta de la que que también Cervantes sabía mucho.