Estos días se ha abierto un apasionado debate sobre el uso y abuso de un sitio como menéame, similar al anglosajón Digg, que ofrece la posibilidad de enviar enlaces a “temas” significativos a todo usuario que lo desee, con el fin de pasar la criba de los votantes y de esta forma mantener el pulso de lo que se mueve por Internet.
La idea originaria de este sistema es muy buena, pero, como cualquier proyecto que pasa de la teoría a la práctica, se encuentra con obstáculos propios de la bajada del mundo de las ideas al mundo real. Este simple hecho provoca que hasta en los proyectos de ingeniería mejor planificados, y más gráficamente en los trabajos de programación, aparezcan problemas dificilmente predecibles, y que hay que resolver “en tiempo real”. Si a estos factores le añadimos la participación pública de miles de personas, los desajustes casi desafían a las leyes del caos. Y precisamente es en la gestión de estos problemas donde aparece el error.
El talón de Aquiles de este sistema reside precisamente en su idea de ser, en su pilar principal: el envío de noticias. Enseguida aparece el spammer, y más concretamente la autoproción de blogs o “autobombo“. La necesidad de combatir estos males provoca presión y tensión en el gestor y desencadena en un esceso de celo y en pérdida de perspectiva, que a su vez provoca una tendencia al error. Pero sería un error pensar que en este punto los casos son puntuales, ya que es también aquí donde se toman las decisiones que permanecerán en el futuro y donde se define que clase de proyecto llegará a ser.
El caso más significativo es el de 86400, y que ha influido más de lo que parece en las decisiones posteriores de menéame. Según(*) su autor le censuraron un artículo “menéame o la involución” por autobombo, ya que había posteado innumerables artículos de su propio blog. Esto en si no incurre en nada digno de censura o reprovación, estés en contra o a favor. El sistema tiene un autor (Ricardo Galli) que es el que pone las condiciones. El problema viene cuando estos casos recientes influyen en decisiones “erroneas” posteriormente, y la tendencia se va marcando.
Mi caso concreto empieza a raiz de esta noticia publicada. Se han “meneado” mis propios post bajo el mismo nombre, y en el séptimo ya he recibido el comentario de “autobombo”, exactamente con estas palabras “Macho! Eres el rey del autobombo!“. Con esto solo quiero remarcar la tendencia que se está siguiendo: Anteriormente a el caso mencionado, se dan varios ejemplos de personas que han posteado más de 20 noticias al mismo blog, sin que nadie lo etiquetara como autobombo, y sin haberlo hecho todavía, de las cuales, además, solo se han publicado tres y del resto unas 14 no han superado los 10 votos. Esto como digo, solo marca una tendencia. Despúes han aparecido otros dos post míos bajo otro nombre, y han pensado que era un caso de doble identidad. Este es el error, muy grave a mi modo de ver: primero porque no es cierto (es un caso similar al del bloger que le quitaron la cuenta de AdSense porque su hermana dió unos cuantos clicks desde su ordenador “para” ayudarle -y digo similar, porque si yo me pusiera a enviar referencias al mismo blog para perjudicarle, podría hacerlo-), y segundo por la falta de rigor profesional y respeto que manifiesta. Estas son las decisiones que permanecerán en el futuro y deja entrever su tendencia (que ha provocado numerosos comentarios de censura y actitud dictatorial). Ellos apelan a la ética (nada más y nada menos) para justificar estos actos, y yo apelo a la teoría de las partículas.
Sin embargo, me parece muy bueno este sitio, y lo que quieren hacer de el,como idea, y realmente daría pena si se convirtiera en un tumulto desorganizado. Las formas de conseguirlo son tantas como personas. El camino que están tomando, desde mi punto de vista, es insostenible, por ellos mismos. Se formará un grupo (que de hecho ya está formado) que decidirá qué es interesante, qué es spam, qué es autobombo, y el ambiente del sitio se cargará (como en cualquier sitio que existe una pequeña mafia). Además es insostenible, porque la guardia y la búsqueda de este tipo de cosas conduce a la paranoia y sobre todo al estrés, además de ir radicalmente en contra de los principios por los que nació.
El autobombo no es malo en si mismo. Si por norma se puntúa negativamente al que sobrepase un determinado número de post al mismo sitio, se pierde claridad. Se estará dando más importancia a la diversidad de fuentes (continente) que al contenido en sí. Creo que es un grabe error medir los actos por el nivel más bajo impidiendo así que el que posea valor no destaque, aunque en la realidad provablemente sea más practico.
Además, cualquier cosa con restricciones de este tipo, tiende a bajar enteros (léase DRM, código cerrado frente a código abierto, etc). Pero es necesario controlar de alguna forma el problema. Menéame lleva muy poco tiempo en activo y estos son los pequeños problemas típicos del ajuste, de ahí el debate, y entre unos y otros, a favor y en contra, llegaremos a algunas conclusiones.
Por mi parte, creo que sería bueno que existiese un sitio similar a menéame, si no puede ser él mismo, que viese como algo positivo el autobombo, que las personas con un blog y que quieran ser conocidad tengan que pasar por la criba del público sus artículos. De esta forma intentarán mejorar y la calidad de sus comentarios y la blogosfera, sin duda, mejorará.
Actualización: (*) Más comentarios sobre este tema en menéame.
Actualización: Parece que el tema tiene tirón. Más comentarios en menéame.